GRABADO


Para aproximarnos al universo visual de Pável Mora es necesario hacerlo a partir de una serie de desplazamientos: la deriva de las nubes, el flujo de ríos y océanos, la circulación del viento, la transformación del panorama, la arquitectura y, más imperceptiblemente, las variaciones continentales.

Su cuerpo de obra plantea continuamente interrogantes sobre las condiciones de posibilidad del dibujo, la cartografía y otros mundos abreviados. Retoma estrategias topográficas del imaginario geodésico del siglo xix, el archivo cartográfico del siglo xx y, simultáneamente, deja atrás las verosimilitudes, precisiones y el rigor científico para crear geografías que más que mapear un territorio se encarguen de desdibujarlo.

Los (no) lugares creados por Mora son ficciones que se alejan de la representación y anuncian una serie de acontecimientos en forma de territorios que se localizan fuera y dentro de la realidad; fuera, porque son imaginados, dentro, porque les es imposible escapar de aquello que los contiene. Por tanto, cada obra, resultado de un meticuloso proceso de trazado y una detallada minucia por los elementos espaciales, ofrece un recorrido hacia lo desconocido: un viaje por paisajes móviles e impredecibles, capaces de fisurar o remover la tierra. Pero también capaces de cuestionar los relatos históricos sobre los que hemos edificado nuestras construcciones.

Sus imágenes registran una experiencia de singularidad; aquella relación subjetiva que se crea entre los cuerpos y sus posiciones en el espacio, pues es dentro de estas narrativas, que pueden escabullirse posibilidades para reconfigurar nuestros límites cognitivos a través de los territoriales. Después de todo, la manera en la que representamos la naturaleza es una forma de contener y miniaturizar el conocimiento; de poner un centro, un eje o un horizonte. 

La desestabilización del territorio que ensaya la obra de Pável Mora, es precisamente un intento por cambiar de posición; por imaginar otros bordes e inventar confines, pues estas simulaciones del espacio que habitamos pueden ser capaces de renovar y reconstruir los acuerdos que hemos hecho previamente con el mundo.